Autor del artículo: ExpokNews
Fecha de Publicación: 19 de abril 2023
Palabras claves: Bioconstrucción, Bioarquitectura, Arquitectura bioclimática, Materiales naturales, Permacultura, Huella de carbono, Biomateriales, Fardo de cortadera, Diseño bioclimático, Pensamiento termodinámico.
La bioconstrucción, una disciplina ancestral que data de hace aproximadamente 9000 años, ha evolucionado hacia la moderna Bioarquitectura o arquitectura bioclimática. Esta práctica, que respeta y se adapta a la naturaleza, busca crear espacios saludables mediante el uso de materiales naturales y el aprovechamiento de las condiciones climáticas locales. Al integrar la observación de vientos, lluvias y el recorrido del sol, la bioconstrucción se convierte en una parte esencial de la Permacultura, promoviendo un desarrollo más armonioso y sostenible.
La bioarquitectura ofrece beneficios significativos para reducir la huella de carbono, especialmente al sustituir materiales industriales nocivos, como el poliestireno extruido, por biomateriales. Por ejemplo, el fardo de cortadera, derivado de fibra vegetal, no solo absorbe dióxido de carbono y produce oxígeno, sino que también deja un residuo orgánico con una huella de carbono cercana a cero. Este enfoque reduce el impacto ambiental desde la producción hasta la demolición.
Además de la selección de biomateriales, el diseño bioclimático juega un papel crucial. Los edificios deben ser proyectados teniendo en cuenta el clima local y los recursos disponibles, como el sol y la vegetación, para minimizar el consumo energético. El pensamiento termodinámico en la bioarquitectura asegura que las envolventes del edificio estén en sintonía con el entorno, optimizando el aprovechamiento energético y reduciendo las necesidades de climatización.
En cuanto al costo, la construcción con técnicas de bioarquitectura puede ser similar o ligeramente más alta que la construcción convencional, pero se amortiza a corto plazo debido al ahorro en energía. Los materiales biológicos, con ciclos de producción más alineados con los procesos naturales, a menudo presentan costos más estables comparados con los materiales industriales que dependen de hidrocarburos. Así, la bioarquitectura no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también ofrece una alternativa económica y eficiente a largo plazo.
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