Empresas generan mil veces más plástico del que retiran del medio ambiente, ¿greenwashing?
- ANDRES FELIPE CARDONA RAMIREZ
- 20 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Autor del artículo: Abigail Calderón
Fecha de Publicación: 20 noviembre 2024

La contaminación plástica es uno de los problemas más graves que enfrentamos hoy en día, con consecuencias devastadoras para el medio ambiente y la salud de las personas. Aunque empresas como ExxonMobil, Shell y otras miembros de la Alianza para Acabar con los Residuos Plásticos (AEPW) prometieron reducir esta contaminación, los datos muestran una realidad preocupante. Desde 2019, estas empresas han producido más de 132 millones de toneladas de nuevos plásticos, mientras que solo lograron retirar 118,500 toneladas de residuos del ambiente. Esta enorme diferencia revela que sus acciones no están resolviendo el problema, sino perpetuándolo.
La AEPW se presentó como una solución para abordar la crisis del plástico, prometiendo innovación y proyectos para gestionar los residuos. Sin embargo, se ha señalado que esta iniciativa ha servido más para mejorar la imagen pública de estas empresas que para atacar la raíz del problema. Documentos revelan que parte de sus esfuerzos se han destinado a cambiar la narrativa sobre el plástico y a oponerse a regulaciones que limiten su producción. En lugar de enfocarse en reducir la cantidad de plástico que generan, se han centrado en promover el reciclaje, una solución que no alcanza a contrarrestar el impacto de su producción masiva.
Expertos en medio ambiente, como Greenpeace, han denunciado estas prácticas como un claro ejemplo de "lavado de imagen verde", donde se finge un compromiso ambiental mientras se continúa priorizando el lucro. Los datos son alarmantes: por cada envase plástico retirado del ambiente, estas empresas generan 1,000 nuevos. Mientras tanto, los portavoces de la AEPW defienden sus esfuerzos diciendo que el problema es complejo y que ninguna organización puede resolverlo por sí sola.
La solución real a esta crisis no está en aumentar los esfuerzos de reciclaje, sino en reducir drásticamente la producción de plásticos desde el inicio. Esto implica un cambio hacia economías circulares, donde se recicle y reutilice más, pero también se limite la fabricación de nuevos plásticos. Aunque algunos países han comenzado a apoyar estas ideas, la presión de la industria petroquímica sigue siendo un gran obstáculo.
Es evidente que las promesas no bastan. La contaminación plástica no puede enfrentarse con medidas tibias ni con compromisos a medias. Para proteger el planeta y garantizar un futuro sostenible, es imprescindible que las empresas asuman su responsabilidad, reduzcan la producción de plásticos y prioricen soluciones reales por encima de sus intereses económicos. Solo con acciones contundentes podremos evitar que esta crisis siga creciendo.
Comments